Hablar consiste en transformar nuestro pensamiento en una secuencia fonológica (mensaje) que tiene un significado tanto para la persona que emite el mensaje, como para aquella que lo recibe.
Estudiar esta secuencia de sonidos se encuentra en el plano físico y, por tanto, puede ser medida desde diferentes perspectivas. Podríamos estudiar la respiración, la entonación, la acentuación, la articulación, el volumen, las pausas, etcétera, (sin mencionar el universo extra-lingüístico que enriquece nuestros discursos: los gestos). La fonética es la disciplina lingüística que nos puede ayudar, como profesores y como estudiantes de idiomas, a tomar conciencia de dicha secuencia de sonidos que no están sucedidos de manera aleatoria, sino todo lo contrario, forman un sistema ordenado de segmentos que permiten construir significados gracias a la ayuda de nuestro aparato fonador.
Frecuentemente, cuando aprendemos un idioma, tenemos la tendencia a enfocarnos en pronunciar correctamente los sonidos aislados incluidos en alguna palabra (a.k.a. fonemas) y dejamos un poco de lado el aspecto segmental y discursivo de la lengua en cuestión. Sin embargo, este aspecto lingüístico es de suma importancia debido a que los fonemas interactúan unos con otros todo el tiempo y, con ello, se influencian de maneras muy interesantes. Si no me crees haz este experimento:
Pronuncia la palabra "tú".
Pronuncia la palabra "ti".
Intercambia las palabras y presta atención a lo que sucede con tus labios.
En este ejercicio podemos observar que aunque ambas palabras empiezan con el fonema /t/, el hecho de que el fonema siguiente sea /u/ o /i/ modifica completamente la posición de nuestros labios, nuestro cerebro se adelanta al fonema que viene lo que impacta la articulación del fonema anterior. ¿Cool, no?
Sin embargo, mi interés en este post es sobre todo a niveles discursivos, ya que existen aspectos suprasegmentales (o prosódicos), que se dejan de lado pero que también forman parte e-sen-cial del buen hablar, de la conexión entre dos hablantes y de la transmisión de mensajes. En este pequeño texto abordaremos, para fines de reflexión personal únicamente, el aspecto prosódico denominado entonación. Utilizaremos el francés como idioma para ejemplificar el punto.
La entonación al hablar se refiere, en términos un poco técnicos, a la frecuencia de la vibración del aire que resulta en tonos bajos o altos y que puede ser medida en el plano físico en Hertz (Hz). En este ejemplo, me gustaría hablar de dos aspectos tonales que le brindan al francés una cadencia o ritmo y que tienen un significado implícito para nuestro cerebro: la entonación ascendente y la entonación descendente. Te voy invitar a ver un pequeñito fragmento de esta entrevista de Vogue a Zita Hanrot, del minuto 00:17 al minuto 00:26.
¿Listo? Veamos la transcripción:
"Alors, je porte une robe Armani,
noire,
bustier,
très moulante,
très élégante,
et les bijoux Bulgari!"
Si analizamos esta frase, podemos ver que ella va segmentando su discurso (haciendo pausas) conforme va a agregando características a su vestido (lo cual correspondería a las comas en el discurso escrito). A nivel suprasegmental, si analizamos la entonación de estas partes, podemos observar que la entonación asciende al final de cada una de estas características: ArmaNI, NOIRE, busTIER, très mouLANTE, très éléGANTE. Sin embargo, en la última frase "et les bijoux Bulgari", la entonación desciende al final.
Esta ascendencia o descendencia en los tonos le indica al interlocutor dos cosas: que el mensaje está incompleto y se van a agregar elementos (tono ascendente) o que el mensaje está completo y podemos pasar a otra idea (tono descendente). El simple tono en el que se articula una frase envía un mensaje claro al interlocutor sobre la completitud del mensaje enviado. Como estudiantes de idiomas, aprender a identificar los patrones de entonación nos va a permitir expresarnos de manera más natural, fluida y rítmica, además de que este aspecto no puede disociarse del significado total del mensaje.
Como vemos, estudiar la pronunciación implica otros aspectos importantes adicionales a la precisión con la que pronunciamos algún fonema contenido en alguna palabra aislada. El discurso es un gran todo y vale la pena echarse un chapuzón en estos otros temas si queremos mejorar la calidad de nuestra producción oral. Mi consejo es que desde el comienzo de nuestro viaje en cualquier idioma nos preocupemos por conocer y practicar los aspectos suprasegmentales del sistema, un gran beneficio a largo plazo si queremos ser fluidos en el idioma en cuestión.
Gracias por leer :)